29 de noviembre de 2012

Guisantes.

Las madres tienen un truco que adquieren al expulsarnos bruscamente por la vagina. Al vernos ocupados, ellas sueltan la frase, esa frase que tanto tememos al empezar la estaciones.
"Anda hijo, ven un momento a probarte una cosa".
¡¿UNA COSA?! UNA COSA MIS COJONES.
Entonces, te levantas del ordenador (porque estás en el ordenador SIEMPRE cuando te lo dice) y das tres pasos con miedo, entonces tu madre abre el armario y de ahí sale una avalancha de ropa que te devora completamente. A las madres lo de "una cosa" se lo explicaron mal. Te empiezas a probar camisetas de manga corta por si hace calor, de manga larga por si hace frío, bermudas, pantalones largos, chaquetas, sudaderas, polos, chándals, pijamas, abrigos y te saca hasta un tupper de lentejas por si te entra hambre entre prenda y prenda.
Si la ropa te va pequeña tu madre se lleva el disgusto porque hay que comprar pero tú te alegras porque por fin vas a dejar de ver ese puto jersey de rombos que llevabas a finales de primaria.

Pero esa no es la única frase temerosa de las madres, hay más como "hijo, explícame esto del facebook", "me he encontrado con tu tutora", "¿quiénes son los de siempre?", "descárgame la última gala de Gran Hermano" o "soy la reina de las tarimas". La última no es muy recurrente, pero es una opción.

Buenas noches y tal.




La entrada se llama "guisantes" porque no sabía cómo titularla. Eso sí, una vez leí que si te metes un guisante en el pulmón hace planta y te mueres. Y que si te lo pones debajo del colchón no puedes dormir, pero eso ya que cada uno haga lo que quiera... Igual os estáis quedando ciegos con tanta letra pequeña... Qué se le va a hacer.

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